jueves, 25 de octubre de 2012

Una Moneda de 3/4

- Yo una vez me encontré una moneda, sabe?
- Y de cuánto era?
- De 3/4 de penique. Fue allá, ve? en el banco que está al lado del bebedero
- Lo que es la suerte he! yo paso todas las mañanas a las 3 y 63 a charlar con ese bebedero, y nunca me encuentro nada
- Es que cada uno ve lo que necesita. A mi me faltaban esos 3/4 para terminar mi rompecabezas. Intuyo que usted se andaba sintiendo solo.
- Puede ser. Pero tengo 3 compañeros de habitación reales y 4 o 5 imaginarios. No se llevan mucho entre ellos, sabe? debe ser que no se pueden ver.
- Y ya los presentó?
- uffff... si, muchas veces! pero los compañeros imaginarios son gente en la que nunca se sabe si confiar. Cuando quiero armar reuniones, siempre faltan.
- Si, lo entiendo. Por eso yo armo rompecabezas.
- Y cuénteme, tiene muchos armados?
- No, ayer terminé el primero.
- Un pasatiempos muy reciente...
- Para nada. Llevo más tiempo del que puedo contar. Pero uno a veces no quiere aceptar que las cosas se terminan. Por eso tardé tanto en colocar la última pieza.
- Fue un placer don, ahí vienen los de blanco a buscarme.
- Qué casualidad, a mi también vienen a buscarme. Me dicen que estoy loco, pero yo en el fondo, creo que los locos son ellos. Y por eso les doy la razón.
- Sabia decisión. Sabia.

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