lunes, 1 de diciembre de 2014

150

Una vez conocí a alguien que me contó una historia muy curiosa. Resulta ser que hace unos años, o décadas o no se cuánto, pero sí era mucho tiempo; vivió alguien que llego a cumplir una condena de 150 años y recuperar la libertad. Obviamente, mi primera reacción fue de descrédito e, incluso, de burla. Pero el tipo este hablaba con tal seriedad que me hizo prestarle total y absoluta atención.
"Fue en Costa Rica" Dijo "En alguna de esas islitas que poca gente conoce, y la que la conoce, hace lo posible por olvidársele lo antes posible. Yo había empezado a trabajar de guarda cárceles hacia unos años y me derivaron a un penal de esa zona. Lógicamente, no recuerdo el nombre y espero no hacerlo nunca.
Recuerdo haber estado recorriendo los pabellones y a cada uno, la historia que me contaban sobre su ocupante me daba más pavor. Hasta que llegamos a la celda 13.
´Este tipo tiene su historia, pero si se la contara, no me la creería´ me dijeron. Obviamente, quise saber de qué se trataba. Así que me la contaron:
´Nadie, absolutamente nadie de los que trabajan aquí actualmente, lo vio ingresar en el penal. De hecho, ni siquiera los trabajadores anteriores lo hicieron. Pero estos nos contaron que sus antecesores más viejos eran los únicos que sabían siquiera algo sobre el. Decían que su condena había sido de 150 años, algo sobre grandes estafas o una suma importante de dinero. Nunca recibía visita alguna, salvo por una persona de traje que lo veía semanalmente. En principio, supusieron que era su abogado, pero se sabe que en estos casos no suelen ser personas de visitar a ex clientes. Nunca se atrevieron a preguntarle, por lo que pronto comenzaron a circular versiones sobre Lucifer y un pacto de sangre a cambio de años de vida. Versiones que nunca fueron confirmadas, pero ya lo ve, el tipo sigue vivo y coleando´
-´Cuándo termina su condena?´ Pregunté
- En una semana

Fue de esperar que pase toda esa semana ansiando el momento en que saliera. Era raro que un recluso me causara tanta curiosidad como este tipo, y ni siquiera sabia su nombre. Así pasaron los días y llego el momento.
Estaba todo previsto para las 13:00. Como nos imaginamos, nadie fue a buscarlo, así que simplemente se le abrió la puerta principal para que saliese. Todo transcurría con absoluta tranquilidad (no era la primera vez que veía a un recluso recuperar su libertad, pero si la primera donde presté atención a todo detalle). Yo estaba parado junto a un ventanal, mientras el resto de mis compañeros terminaban de almorzar.
El tipo este salió por completo de la cárcel. Y antes de que la puerta se cerrara, llegué a ver cómo dos minutos después de terminada su condena, se deciso en el aire. Literalmente.
Yo renuncié al otro día. No sentía deseos de seguir estando ahí, después de haber visto eso. Y acá me tiene hoy, al día siguiente de mi renuncia, gastándome lo que me queda de salario en vodka barato y comida de dudosa procedencia."


Después de esto, se levantó sin saludar y se deciso en el aire. Literalmente.

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